La mayoría de los corredores y ciclistas populares, creen que para ser un Finisher y poder acabar un IronMan hay que ser un superhombre, nada más lejos de la realidad.
A mi entender, lo fundamental para llegar a ser un Finisher es creerse que se pude ser un Finisher, seguramente, el 60% del entrenamiento para lograrlo no es un entreno físico sino psíquico, es decir, es un ejercicio mental. “Puedo ser un finisher, estoy preparado para hacer los entrenamientos, estoy visualizando ya mismo la recta de llegada”
“Tanto si piensas que puedes ser un finisher, como si piensas que no, puedes estar en lo cierto”
Naturalmente que hay otros aspectos, también importantes, como entrenar, estirar, alimentarse adecuadamente, descansar… pero si no estamos convencidos de que lo vamos a conseguir, tenemos muchas probabilidades de no terminar.
Durante el largo camino hacia la meta y durante los seis meses de entrenamiento, habrá momentos difíciles, momentos en el que nuestra mente dirá “hoy no salgo, lo dejo para mañana” y es en esos momentos cuando se va forjando al Finisher; si ese día finalmente salimos a entrenar, habremos dado un paso muy importante para conseguir nuestro objetivo.
No cabe duda que durante la competición, durante las más de 12 horas que dura el ironman para los mortales como yo, vas a tener tiempo de recordar ese día que no saliste y sobre todo, ese día que venciste a la pereza y saliste a entrenar. El pensamiento de “venga, hacia adelante, por aquel día que hacia frío y salí a rodar y por aquel otro día que hacía un poco de viento, pero salí en la bici ” nos van a dar un suplemento de fuerzas muy importante para avanzar hacia la línea de meta.
Si hemos entrenando correctamente nuestra cabeza, el día de la prueba, cuando nos fallen las piernas, tendremos su apoyo para llegar a ser todo un Finisher.
Así que ya lo sabes, si quieres ser un Finisher, si te lo crees ya tienes el 60% del objetivo conseguido.
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